viernes, 21 de mayo de 2010

Episodio-7. Degüelto al Sahara

Martes 18 de mayo. Suena el despertador y son las 6,15 am. Hace un poco de fresco en Loiu pero con unos cafés, uno de ellos tomado con Kontxi y Carlos Beristain que se vuelve a ir para Sudamérica, el cuerpo se va templando y llega la hora de la salida; él para Barcelona y mi menda pa Madrig. La T-4, aparte de ser el final de una ilusión, también en un peazo aeropuerto en el que te orientas sin grandes complicaciones y resulta agradable a la par que resultón. Lo más peñazo es el control de seguridad: deja todo el equipaje de mano (en mi caso una motxila) en una bandeja, saca el ordenador portátil del equipaje de mano (ya ha quedado claro que no viajo en plan ejecutivo y que mi equipaje de mano es una motxila) y ponlo en otra bandeja, saca el ordenador portátil de su bolsa y colócalo en otra bandeja sólo para él….Parece que ya ha acabado la odisea del puto control del equipaje de mano pero no!, después de pasar el ordenador por la máquina de los rayos X, el madero de turno no se fia y cuando tú ya has pasado el detector de metales y agarras tus botas porque te han hecho descalzarte y vas a recoger tu equipaje de mano, motxila, el guardia te pide que le abras el ordenador. ¿Pero qué cojones espera encontrar dentro: farlopa, el despiece de una bomba de neutrones, igual el secreto de la coca-cola, el de la eterna juventud, o será simplemente que quiere tocar un poco los huevillos? Te tomas la última cerveza hasta dentro de dos meses, embarcas (¡qué recuerdos!) en el avión y al cabo de un rato te despides de la costa europea y al cabo de otro rato saludas a la costa africana. Llegas al aeropuerto de Argel y comienzan lentamente a pasar las horas hasta que llegue el momento de tomar el definitivo avión que te lleve a Tindouf; pasan una, dos, tres,…….así hasta ocho largas horas! Nuevo control de pasaportes, facturaciones varias y a pasarlo en grande volando con Air Algerie. El vuelo de los martes de Argel a Tindouf es como un autobús de línea, es decir, despega de Argel, aterriza en Bechar (sale gente, entra gente), despega de nuevo de Bechar, aterriza en Tindouf (desembarcamos y embarcan otras gentes), y vuelve a repetirse la jugada con despegue en Tindouf, aterrizaje en Bechar, despegue en Bechar y aterrizaje en Argel (con sus respectivas entradas y salidas de gente, vamos, como el 48 de Otxarkoaga). Todos estos despegues y aterrizajes, sobre todo estos últimos, los realizan los pilotos argelinos con la famosa y nunca bien ponderada técnica del aterrizaje al rebotón. Vas perdiendo altura hasta que ya no hay aire entre el tren de aterrizaje y la pista y se supone que para el tercer o cuarto rebote el avión ya se estabiliza y ya pueden meter freno, sacar los flaps y dejar de rezar a Alá o a la virgen del Pilar. Recoges tu maleta, te montas en el Patrol y a las 4:30 colorín colorado este viaje se ha acabado.

Temperatura: calor, musho calor.

Estado de la mar: no hay cambios.

Pd: - ya he conocido a la riojana de la TV saharaui, es que aquí nos conocemos todos.
- peazo lujo lo de escribir con tildes (eskerrik asko a los técnicos en sofgüer y jadgüer).

Mass salama!