Soy plenamente consciente de los malos rollos que me va a acarrear este blog a mi vuelta a casa por lo poco que estoy escribiendo en él, pero como decía la Otra: “a los hechos me repito”.
Para más información sobre la “maravillosa” cobertura de Internet que tiene esta hamada (se pronuncia "jamada") argelina podéis consultar con Joseba Zárate, que ayer mismo se despidió de nosotros y que en sus dos semanas de estancia por estos lares, no han sido pocas las veces que se ha desesperado en el "ciber", no para mandar fotos o entrar en Google maps o en la Wikipedia, sino simplemente para poder abrir su correo electrónico (preguntarle, preguntarle…)
Por lo demás no hay grandes novedades. Empieza a apretar el calor. Hoy, sin ir más lejos, hemos tomado una medición a la hora de comer y nos ha dado 40º a la sombra. Dentro de casa la temperatura era de 33º, y con el aire acondicionado en estos momentos ronda los 27º
El fin de semana (que aquí es jueves y viernes) me he largado a Dakhla (realmente miércoles a la tarde y jueves). Dakhla es otra de las wilayas donde viven los refugiados saharauis. Está como a unos 140 km al sur de Rabuni, y más o menos todo el trayecto lo haces por carretera, menos los últimos 20 km. De todas formas ya te pasas tus dos horas largas para hacer el camino. La intención del viaje, aparte de la lúdica y echar una mano en la repartición de alimentos, era estar con Salamu. (para los que no sepáis, Salamu es un chaval que estuvo un par de veranos hace años con Vero y Alfon). Las indicaciones que me ofrecieron los susodichos no eran las mejores para encontrar a alguien en un sitio en el que viven más de 20.000 personas. La gente con la que hice el viaje me comentaba que los datos que tenía no eran los mejores (nombres de la madre y los hermanos, y algún otro dato). Todas las wilayas están divididas en dairas, y cada daira a su vez en barrios, y yo no tenía esos datos. Estabamos haciéndonos un té después del viaje y a la primera persona a la que le comentamos nos dió toda la información para llegar a su casa. La repartición de alimentos (zanahorias, cebollas, patatas, dátiles….) se hace en cada barrio de cada daira, y mientras estábamos en una de ellas me presentaron a Mariam, la madre de Salamu. Difícil la comunicación porque yo no controlo hassania y ella nada de castellano, pero por señas y luego con la ayuda de una chica que controlaba castellano me enteré que Salamu estaba ese fin de semana en Smara (!era alucinante!, te tapabas los ojos y escuchabas castellano como si estuvieses tomándote una tapa en mitad de Cádiz, el deje, la gracia… y luego los abrías y veías a una saharaui tapada por completo, melfa, gafas de sol, guantes de lana…. por el tema del sol: había estado estudiando ocho años en Cádiz)
Como dice Peiotxikerra: “en fin, así es la vida”. De todas formas me llevó a su casa para tomar un té, y te dan casi hasta lo que no tienen. Impresiona lo de la hospitalidad.
El viernes tocaba despedir a Joseba, que vino de Bilbao de una carpintería y aquí casi no ha salido de otra. Nos largamos a las dunas de Awserd (que es otra wilaya). 60 km por pistas que los disfutó mucho más a la vuelta porque condujo uno de los Patrols con los que fuimos. En las dunas varios tés, desayunar, algo de txorizo (jalufo al que los saharauis miraban con recelo y que estaba delicioso), mucha arena, poca mar y vuelta pa'casa.Temperatura: en estos momentos, las 19:02, 36º a la sombra (no es broma)
Estado de la mar: adivina….. (que no "ahh, divina!")
Mass salama!
Para más información sobre la “maravillosa” cobertura de Internet que tiene esta hamada (se pronuncia "jamada") argelina podéis consultar con Joseba Zárate, que ayer mismo se despidió de nosotros y que en sus dos semanas de estancia por estos lares, no han sido pocas las veces que se ha desesperado en el "ciber", no para mandar fotos o entrar en Google maps o en la Wikipedia, sino simplemente para poder abrir su correo electrónico (preguntarle, preguntarle…)
Por lo demás no hay grandes novedades. Empieza a apretar el calor. Hoy, sin ir más lejos, hemos tomado una medición a la hora de comer y nos ha dado 40º a la sombra. Dentro de casa la temperatura era de 33º, y con el aire acondicionado en estos momentos ronda los 27º
El fin de semana (que aquí es jueves y viernes) me he largado a Dakhla (realmente miércoles a la tarde y jueves). Dakhla es otra de las wilayas donde viven los refugiados saharauis. Está como a unos 140 km al sur de Rabuni, y más o menos todo el trayecto lo haces por carretera, menos los últimos 20 km. De todas formas ya te pasas tus dos horas largas para hacer el camino. La intención del viaje, aparte de la lúdica y echar una mano en la repartición de alimentos, era estar con Salamu. (para los que no sepáis, Salamu es un chaval que estuvo un par de veranos hace años con Vero y Alfon). Las indicaciones que me ofrecieron los susodichos no eran las mejores para encontrar a alguien en un sitio en el que viven más de 20.000 personas. La gente con la que hice el viaje me comentaba que los datos que tenía no eran los mejores (nombres de la madre y los hermanos, y algún otro dato). Todas las wilayas están divididas en dairas, y cada daira a su vez en barrios, y yo no tenía esos datos. Estabamos haciéndonos un té después del viaje y a la primera persona a la que le comentamos nos dió toda la información para llegar a su casa. La repartición de alimentos (zanahorias, cebollas, patatas, dátiles….) se hace en cada barrio de cada daira, y mientras estábamos en una de ellas me presentaron a Mariam, la madre de Salamu. Difícil la comunicación porque yo no controlo hassania y ella nada de castellano, pero por señas y luego con la ayuda de una chica que controlaba castellano me enteré que Salamu estaba ese fin de semana en Smara (!era alucinante!, te tapabas los ojos y escuchabas castellano como si estuvieses tomándote una tapa en mitad de Cádiz, el deje, la gracia… y luego los abrías y veías a una saharaui tapada por completo, melfa, gafas de sol, guantes de lana…. por el tema del sol: había estado estudiando ocho años en Cádiz)
Como dice Peiotxikerra: “en fin, así es la vida”. De todas formas me llevó a su casa para tomar un té, y te dan casi hasta lo que no tienen. Impresiona lo de la hospitalidad.
El viernes tocaba despedir a Joseba, que vino de Bilbao de una carpintería y aquí casi no ha salido de otra. Nos largamos a las dunas de Awserd (que es otra wilaya). 60 km por pistas que los disfutó mucho más a la vuelta porque condujo uno de los Patrols con los que fuimos. En las dunas varios tés, desayunar, algo de txorizo (jalufo al que los saharauis miraban con recelo y que estaba delicioso), mucha arena, poca mar y vuelta pa'casa.Temperatura: en estos momentos, las 19:02, 36º a la sombra (no es broma)
Estado de la mar: adivina….. (que no "ahh, divina!")
Mass salama!